La sal y el son
La feria nunca acaba. Al menos en La sal y el son y es que este restaurante que está situado en pleno corazón de Málaga tiene una peculiaridad que le hace único en la gastronomía local: está ambientado como si fuera una caseta de feria.
Solo con este detalle, La sal y el son llama tu atención, pero además su mérito reside en que sus dos responsables han abierto este local en plena pandemia. Si la idea es buena no importa el momento,y la idea de La sal y el son es una idea excelente.
Su decoración es la de una auténtica caseta de feria, con paredes rayadas en colores blancos y azules, sombreros de verdiales y sillas y mesas de madera y mimbre, donde los encajes y la cartelería de feria hacen que respires feria sin importar el calendario.
José Carlos Sabastro y Juan Carlos plaza son los empresarios detrás de esta brillante idea. El primero, es socio de la taberna flamenca Amargo, mítico local malagueño ligado al ocio andaluz y el segundo es un experto en el diseño de casetas de ferias, realizando unas 800 al año.
Su carta por supuesto es igual de icónica: los boquerones en vinagre, el salmorejo, los flamenquines o unas exquisitas croquetas de morcilla harán más llevadero el vino dulce fresquito que corre por su barra y alegra los bailes en su suelo. Cuenta además con un reservado para celebraciones más íntimas, pero con el mismo espíritu feriante.
La feria está aquí, en La sal y el son, y ha venido para quedarse. ¡Viva la feria!