Málaga de fiesta en fiesta

Una de las peculiaridades que tiene la provincia de Málaga es el amplio abanico de fiestas y ferias que celebran cada uno de sus municipios y cómo éstas, en muchísimos casos, están relacionadas con la gastronomía. Esta característica es muy típica en las localidades del sur, donde el gusto por el producto artesano y propio se mezcla con los intereses comerciales y dan como resultado que estas ferias gastronómicas sean un motor fundamental para el turismo y la economía local.

La idiosincrasia malagueña provoca que dando un paseo por toda la provincia, podamos encontrar productos e ingredientes de todo tipo, pero que casan entre ellos a la perfección. Así, si visitamos la comarca de Antequera podremos disfrutar de unas plantaciones de olivos que producen unos aceites que tienen el sello de Denominación de Origen, si nos acercamos a los montes de Málaga y especialmente en estas fechas, el chivo lechal malagueño será una de las elaboraciones protagonistas. Pero es que si seguimos hacia la costa, las ferias del “pescaito frito” son una constante por todo el litoral.

Los protagonistas de la cocina malagueña son sus ingredientes simples, pero de una calidad exquisita, y la mayoría de ellos nacen en los municipios que rodean a la capital, dando lugar a fiestas que arrastran a cientos de personas. Así ocurre con la fiesta del Espárrago en Sierra de Yeguas, donde se disfruta de esta verdura al natural o en tortilla. Otro ejemplo es la feria del Queso de Teba, donde los productores ofrecen a los visitantes sus mejores quesos en una feria reconocida en toda Andalucía por su riqueza. Tampoco podemos olvidar el día de la Zanahoria Morá en Cuevas Bajas, donde un producto autóctono y que apenas existe en esta zona es el protagonista.

Lo realmente interesante es que todos estos productos son la fuente que provee a decenas y decenas de comercios de hostelería malagueños, aportando un valor extra a nuestra cultura y apoyando el Kilómetro 0, un concepto de consumo que defiende que la mayoría de productos que compramos e ingerimos provengan de un radio de no más de 100 kilómetros para promover la economía local y la sostenibilidad de nuestro entorno.

Málaga tiene motivos de peso para presumir de una variedad y riqueza gastronómica que muy pocos lugares en el mundo pueden igualar.